lunes, 21 de diciembre de 2009

King Kong nunca muere en Isla Mundo


King Kong nunca muere en Isla Mundo. Espanta a los aviones con fogoelectric de menta y está enamorado de la rubia más rubia y bonita de la charca.
La rubia más rubia y bonita de la charca nunca ríe en Isla Mundo, espera a los aviones con un camisón de canela y está enamorada de su principe Azulejo que nunca llega.
El principe Azulejo nunca llega a Isla Mundo porque prefiere alicatar castillos y tomar aviones que vuelan hasta Saint Tropez.
Es así de sencilla la vida en I.M. Días que empiezan con cuento acaban en poema. Noches novela, mañanas canción. Hay películas que aterdecen. Hay un cielo telón. Hay un cañón que proyecta estrellas naranjas. Hay una guerra de mentira y heridas de verdad.
Hay una obra de teatro con palmeras, ¿quién no tiene una palmera en el corazón?
K.K nunca muere en I.M.

viernes, 13 de noviembre de 2009

Diario desde la isla mundo. Primera emisión.

 
Acabaron los días del aquelarre de la paella. Se fue el maestro samurái y quedaron sus enseñanzas. Soy de una isla en la que los náufragos se rebanarían el cuello antes de desperdiciar una botella con un mensaje.

¿Mensajes? Hasta en las moléculas del dedo gordo. Fanelo dixit.






miércoles, 14 de octubre de 2009

Corazones hambrientos, a lo lejos.




“Todo el mundo tiene un corazón hambriento…” Gime Bruce en los altavoces oxidados de un acorazado americano, parece que su voz estuviese soldada al hierro, y en cubierta bailan los soldados descorazonados, y por la borda algunos lloran pólvora al mar… Eso, a lo lejos.
En Isla Mundo, como en todas las islas del mundo, hay poca comida. Yo alimento mi corazón con galletas de harina y ron. Miro al cuarto cielo, donde las estrellas son las luces de todas las ciudades que he visto, a lo lejos.
Y no hay vuelta atrás. “Caminante no hay camino, se hace camino al correr…” Dijo Don Antonio cuando pasó por aquí y vio lo estrafalario de los senderos de Isla Mundo, las estrechas, caprichosas, y sinuosas veredas de este lugar. Como mujeres infantiles, como hombres retorcidos. Caminante no hay camino, hay caminillo. Y… a lo lejos.
Se hace tarde para decir todavía es pronto. Y aún así, siento que todavía lo es. No estoy secuestrado. No debería, pues, esperar ningún rescate. Bob Dylan vino de incognito, vestía un traje negro, con un sombrero negro y corbata negra, la bufanda era blanca (porque le dolía mucho la garganta / ojalá fuesen las pastillas de goma). Traía un maletín negro, con un gran candado negro y una pegatina muy negra con letras muy blancas IT’S ALRIGHT MA (I’M ONLY BLEEDING). Lo colocó sobre una roca, y antes de abrirlo miró receloso a su alrededor. Vengo a rescatarte, pero no traigo dineropero yo no estoy secuestrado, BobVengo a rescatarte, pero sólo traigo canciones… Abrió por fin la maleta y cientos de miles de millones de cuartillas volaron garabateadas izadas con la tinta de sus ojos humedecidos, siguiendo el guión de las rayas de su traje,  pajareando con ritmo las palmeras, cubriendo mi atmósfera entera (ja!) con palabras bellas e incomprensibles, como el leve crujido de un cofre (trac!) que se abre y sólo Dios sabe lo que contiene.  
 Fontella en bikini se reía de nosotros, sus dientes blancos hacían aún más irresistible su piel morena, negra de azul. Una orquesta en bañador  hawaiano le hacía los coros, el tipo del bajo tiene los pies metidos en el agua,  y las trompetas son alzadas a la par que las cervezas en el bar, creo que nunca he escrito nada más refrescante que esta frase.
Fontella en bikini se reía con nosotros. A lo lejos, y yo me quería acercar.

 Rescue me
Take me in your arms
Rescue me
I want your tender charm
'Cause I'm lonely
And I'm blue
I need you
And your love too
Come on and rescue me

Come on, baby, and rescue me
Come on, baby, and rescue me
'Cause I need you by my side
Can't you see that I'm lonely

Rescue me
Come on and take my heart
Take your love and conquer every part
'Cause I'm lonely
And I'm blue
I need you
And your love too
Come on and rescue me

Come on, baby, and rescue me
Come on, baby, and rescue me
'Cause I need you by my side
Can't you see that I'm lonely

Rescue me
Take me in your arms
Rescue me
I want your tender charm
'Cause I'm lonely
And I'm blue
I need you
And your love too
Come on and rescue me

(Come on baby)
Take me baby (take me baby)
Hold me baby (hold me baby)
Love me baby (love me baby)
Can't you see I need you baby
Can't you see that I'm lonely

Rescue me
Come on and take my hand
C'mon, baby and be my man
'Cause I love you
'Cause I want you
Can't you see that I'm lonely

Mmm-hmm (mmm-hmm)
Mmm-hmm (mmm-hmm)
Take me baby (take me baby)
Love me baby (love me baby)
Need me baby (need me baby)
Mmm-hmm (mmm-hmm)
Can't you see that I'm lonely 









sábado, 29 de agosto de 2009

Buganvilla; arbusto trepador.






Dentro de Isla Mundo hay un desierto y dentro de ese desierto hay otra isla, y dentro de esa isla hay otro desierto, y dentro de ese desierto hay otra isla, y a su vez, dentro de esa isla hay un desierto en cuyo interior hay otra isla. Y dentro de esa isla hay un jardín. Pero las flores se están secando porque hay que pasar demasiados desiertos para regarlas.



sábado, 25 de julio de 2009

Paralysed (when you looked into my eyes)


Hoy hay un terremoto en Isla Mundo. Dura todo el día. Blanda de noche. Keith Richard se ha caído del cocotero y en el suelo tirado se ríe tirado, y mantiene ilesa la botella de ron, tirado. La tierra ha tenido un único parón de unos 5 minutos y de unos cuantos putos grados en la puta escala etc.
Hoy hay un terremoto en Isla Mundo. Los muros de la cárcel se han venido abajo y los presos, desconcertados, tratan de volverlos a levantar. Todos menos uno. Uno se ha escapado (con una manta liada a la cabeza, descalzo, y lanzando los dardos de su barba de dos semanas a todo aquel que ose mirarle a los dientes) (afilados como cuchillitos de nácar) (brillantes como la lascivia por la mañana) (cortantes tanto que cortan)


Hoy hay un terremoto en Isla Mundo. No te conviene quedarte en pie. En los refugios hay vodka y comida chejoviana. Hoy sólo trabajan los carteros y los poetas (servicios mínimos). Yo paseo en mi coche de caballos tirado por dos sadomasoquistas y un burro muy letrado. Recostado al costado de costado. Con una mano en la barbilla, y una expresión de supremo aburrimiento, recorro las zonas más catastróficamente catastróficas. Tengo las piernas cruzadas y sobre ellas un ejemplar amarilleado de Punch. Mi carruaje es precioso, tenías que verlo. Lo diseñó Saul Steinberg.

Sólo subiendo por una escalera de números podrás llegar al infinito.


miércoles, 27 de mayo de 2009

Nunca lo sabrán


Acurrucado en la cueva de mi propia piel. El cielo es un piano, caen notas.
Acariciando la medalla del atardecer, con las manos arrugadas por el mar. Tranquilo y feliz, quedo, después de nadar paralelo al swing de las anguilas.
Oyendo a las olas ruidosas (sin cosas, aquí no hay cosas, ninguna cosa) estar. Construyendo castillos de sal sin foso de lágrimas. Buscando bolitas de ocaso enterradas en la arena. Diciendo cosas absurdas en el bosque de algas donde el viento del océano mueve graciosamente sus cuerpos, como ríéndósé de mí.
Otra tarde vivida. Qué lejos queda cuando vivir era soportar.

Acércate, tengo que decirte algo que sólo se puede decir al oído, a tu oído:

- Si tuviese alas hoy tampoco me iría de aquí, de tu lado. (bienvenida a isla mundo)




jueves, 16 de abril de 2009

Sintonizando a los Burning




Son las seis de la mañana y yo sigo sin dormir... Hace días que nadie viene a visitarme. Juego al ajedrez con las gaviotas y a las damas con las olas. Queridísimo Risi, me he tirado hoy veinte veces de la palmera por ti. He sonreído elegantemente pensando en todos los barcos que dejé zarpar. En una pequeña risa, una pequeñísima victoria del que eligió perder. Perderse. Tengo una Isla. Isla Mundo. Tengo una casa. El Cuevistmo. Una delgada lengua de tierra lleva hasta ella. Y en el tejado el antifaro. Y en las ventanas gatos, flores y Campoamor. Las paredes son de piedra con incrustaciones de papel, una mina de tinta, carrilladas de cuentos. Ahí vivo yo. Y tú nunca sabrás llegar. Así no. Aquí tampoco. Una familia de osos custodia la entrada. Y el más grande siempre está despierto y nunca sueña. Porque para soñar hay que estar dormido. Lo otro es imaginación y proyecto de vida. Lo demás, cursilería.
Son las tres de la mañana... qué sé yo si estoy tan solo... Querídisimo, Pepe. Tu canción suena en toda la bendita I.M. Bájate de Venus. Y deja de tocar. No podré dormir con tanta nostalgia. Tanta pena no cabrá en ninguna botella. No tengo tanta fuerza para llegar hasta donde tú estás. Eso no quiere decir que no estés, eso jamás querrá decir que no lo intente.


domingo, 12 de abril de 2009

¿ Cómo llegar a Isla Mundo ?

Estoy muy solo y triste acá en este mundo de mierda,
tengo una idea es la de irme al lugar que yo más quiera,
me falta algo para ir pues caminando yo no puedo,
construiré UNA BALSA y me iré a naufragar.
Tengo que conseguir mucha MADERA,
tengo que conseguir de donde fuera.
Y cuando mi balsa esté lista partiré hacia la LOCURA
con MI BALSA yo me iré a naufragar.
(LA BALSA. / Tanguito / Nebbia)



Para todos aquellos que... Modos y Maneras de llegar a Isla Mundo:
  1. Navegando en La Balsa de Los Gatos.
  2. En un Submarino Amarillo.
  3. Durmiendo en una habitación con goteras. Habitando una gotera dormida. Goteando a un durmiente habitado.
  4. Cerrando los ojos.
  5. Viendo cómo todos se marchan.
  6. Abriendo los ojos.
  7. En un autobús conducido por Ignatius J. Really.
  8. En un abrir y cerrar de ojos.
  9. Cruzando el puente de plata de tus enemigos.
  10. Guiñando.
  11. Solo.
  12. Tropezando.
  13. Guiñando solo después de tropezar.
  14. Agarrado a un piano de cola que flota en el Océano.
  15. Agarrado a una silla de anea y escuchando una historia de verano.
  16. Sola.
  17. Agarrado a la cintura de la vida.
  18. Sin Superman.
  19. Sin Peter Pan.
  20. Sin héroes.
  21. Sin más.
  22. Guiado por una libélula sin alas.
  23. Saltando de una silla al borde del escenario.
  24. En vespino.
  25. En 600.
  26. 600 veces al día.
  27. El día 600 de cada mes.
  28. Realizando el extraño y complicado ejercicio de escuchar... BABY, STOP AND LISTEN TO ME... sentándote en las rodillas de las palabras de tus interlocutores, subiéndote en sus frases, atravesando el túnel de colores de las miradas, adentrándote más allá del significado, bailando el riff de sus cuerdas vocales, dejando de pensar que tú piensas más, dejando de decir yo, yo, yo, pegajoso yo... Persiguiendo sus frases, corriendo como un loco tras todos los dobles sentidos que doblan todas las triples esquinas de la maldita compostura. Compostura; señora de la costura que cose deseos. A la cuarta: organizando tus silencios, sembrando en la parcela de la espera el guión de tu próxima frase... Realizando ese extraño y complicado ejercicio de escuchar.
  29. Buscando la tortuga más lenta de las nubes con forma de tortuga.
  30. En el Marchenilla.
  31. Buscando la nube más rápida de todas las tortugas con forma de nube.
  32. Sin poder parar de escribir... sin poder parar de vivir...
  33. Isla Mundo está donde no te detienes.
  34. En los voladores de Baldomero.
  35. A lomos de Platero.
  36. En una bicicleta que encadena relatos desencadenando una pena.
  37. En el autobús del Sr.Bochinche.
  38. Matando a Robinson Crusoe y robándole la herencia.
  39. Rodando dentro de un cubo de basura.
  40. Corriendo por los tejados.
  41. Amaneciendo en la arena de la playa.
  42. Aligerando de peso el globo tirándolo todo menos a Verne.
  43. A grupas del caballo de Rebelión en la Granja.
  44. Transportado por una cigüeña negra escoltada por cien cigüeñas blancas.
  45. Navegando en tinta.
  46. Sittin' on the dock of the bay.
  47. De la mano de alguien que te lo pidió.
  48. Sin pedir billete.
  49. Sin tener pasaje.
  50. Sin subir las ventanillas. Sin bajar el volumen. Sin prisa.
  51. En monopatín.
  52. Siendo idiota.
  53. Siendo yo.
  54. Siendo.
  55. Yendo.

viernes, 6 de marzo de 2009

Entrevista a un habitante de Isla Mundo



- Y bien, ¿qué es lo mejor de Isla Mundo?

- La música.

- ¿La música?

- Sí, la Música Celestial. Sabe usted que los planetas y las estrellas emiten en su movimiento una armonía de las esferas, una especie de sinfonía no audible desde la Tierra; el silencio. Bueno, desde casi toda la Tierra, porque desde aquí, desde I.M, sí podemos oírla a todas horas. Podríamos decir que esta isla es una especie de Ipod galáctico y sideral.

- ¿Y cómo suena esa música?

- Ah, bueno, pues un poco a los Beatles, a la Creedence, hay baladas de Elvis, mucho Buddy Holly, mucho Eddie Cochran. Letras de Lapido, números de Pitagoras, cuentas de la vieja, de la vieja escuela.

- Insisto, ¿qué es lo mejor de Isla Mundo?

- Los perros abandonados.

- ¿Los perros abandonados?

- Sí, porque no hay. Al no haber ciudades, no hay perros abandonados. ¿Ha visto alguna vez a un león abandonado, una cabra montesa descarrilada? No hay dueños de perros. Los canes van en bandas, hay hordas de caniches, manadas de labradores.

- ¿Y podría decirnos qué es lo mejor de Isla Mundo?

- Los secretos, los misterios, los túneles. No puedes ir al baño sin traducir antes un pictograma del siglo XV, el camarero del Bar de Los Muertos te da la cuenta con jeroglíficos, las parejas no se declaran, se resuelven...

- ¿Podría explicarnos qué es lo mejor de Isla Mundo?

- Los paisajes. En el centro de la isla hay una catarata de ginebra que rompe sobre rocas de limón. También hay un puente hecho con maletas llenas de pasos. Un desierto de canela con tormentas de deseo, cordilleras de nata, y un bosque hechizado gobernado por los Enanos Leñadores de Penas.
Si caminas lo suficiente, subiendo hacia arriba, verás un inmenso anillo verde esmeralda, son árboles que rodean un fastuoso volcán; si miras dentro del volcán, bajando la vista hacia abajo, verás a Empédocles haciendo un solitario con la Pureza; y si te fijas bien, tendrás que pasar mirando varias horas, cuando la Pureza bostece aparecerá en su garganta toda Isla Mundo en miniatura (T.I.M.M).

- Y para terminar, ¿qué es en su opinión lo mejor de Isla Mundo?

- Sin lugar a dudas, los entrevistadores.







viernes, 20 de febrero de 2009

Un río que jamás quiso ser mar


Estoy agotado. Camino por una fila de troncos que flotan en un río. El Río Pornollorar. Hay una especie de pirañas, aquí las llamamos Culpamías. El agua está fría. La gente está lejos. El fondo está hondo. Estoy agotado. Camino por un río sobre escritores ahogados.


Podría decir cualquier cosa que nadie me la rebatiría. Es tan aburrido como correr detrás de tu propia flecha. Si hablara igual que escribo sería una especia de monstruo. A veces puedo serlo. Mírame. Mírate. Estamos confundidos en estas líneas, entrelazados. Quién soy yo que no soy tú, quién eres tú para no ser yo. Camino por un río que al menos una vez al día arde. Y los peces se convierten fantasmas de otros peces. Días. Horas. Fechas. Nada tiene sentido salvo la corriente.


Estoy cansado. Camino por un hilo de mí mismo, una fina línea de agua; agotado.


Vale más que cortes el grifo de los juegos de palabras. O te clavarán un palo como a un pescado. Te sacarán al aire y tu lomo plateado brillará. Te servirán en una mesa y dirán que eres bueno para la salud. Se lo darán de comer a los niños en las casas de los padres y en las escuelas. Tirarán tu raspa con tus mejores versos astillados en los huesecillos. Con suerte tu mejor metáfora se la llevará un gato en la boca a un tejado muy alto y muy de pueblo, donde huela a pan y el calor esté por fuera de las chimeneas. Será mejor que abandones los jueguecitos de palabras o te clavarán en un palo como a un pescado.

Estoy caminando por un río agitado. Estoy tan exhausto que podría detenerlo con mi cansancio. Hacer una presa de sueño y decirte "mira, chica, soy el dueño de la sequía." Decía... una extraña jerga se expande por Isla Mundo. Hablan, hablan, hablan todos como si fuesen personajes. Los hechos os harán personas, las palabras os harán personajes. Por qué me empeño en hacer fuego en mitad del agua. ¿Quién ese pájaro que mete su cabeza en el orilla y saca una frase? A dónde van a parar todas mis oraciones, dónde desembocan todas las bocas que nunca me dicen lo que quiero oír.

Estoy caminando en círculo, atravesando el Pornollorar. Y hay quién dice que lo llame Percloruro. Estoy llegando a la desembocadura desbocado / desvocación es lo que tengo de casi todo. / Se tumba las barras /// Agito los paréntesis ((()))((())) ¡¡¡ Haz saltar todos los puntos..... por los aires ´´´´´´ !!! Estoy llegando al final.

Camino sobre poetas que flotan en aguas amarillas, cuartillas. Quiero hacer brasas de las aguas.

Haz otra presa de prosa me dice una morsa en morse. Dibuja un torbellino y aléjate de él. Bautiza a un tiburón que no te pueda comer. Inventa un pez raya que te sirva de renglón. Isla Mundo lo hace posible. Tú estás en Isla Mundo. ¿Qué animal vas a descubrir para mí?








jueves, 15 de enero de 2009

La Montaña de los Idiotas

Cuando estoy deprimido me subo a la Montaña de los Idiotas (donde el eco pregunta ¿Cómo? y el viento nunca sabe hacia dónde soplar). No es el lugar más elevado de Isla Mundo, (yo tampoco lo soy de ningún lado), y que me maten si es el más bonito. Pero en ella me siento a gusto, es muy fácil de escalar y por todas partes hay repartidos bancos de madera, esparcidos para nada. Creo que esa es la cuestión fundamental; para nada. La clave son los clavos. ¿Quién quiere un cuadro? ¿Para qué? Pintemos el monte. Arroyos de aguarrás.

Conforme vas subiendo dicha colina los colores se van desvaneciendo. Y una vez en la cima, encima, cuando respiras acalorado y satisfecho, ya todo es en blanco y negro (delicioso blanco y delicioso negro, como las hormigas de la isla, como Ava Gardner, como el disco blanco de los Beatles, como los negros de la Chess, como tú, como yo, como Kokolo).


A lo que vamos. Pico y pala. Allá en la cumbre, allá en lo alto, hay una pequeña cabaña construida por un albañil expresionista alemán manco (y borracho) cuyas paredes son de un color rojo labio-femme-fatale en fuerte contraste con la escala de grises imperante. Y en el interior de esas cuatro paredes, de geometría irregular / belleza imperfecta, vive una familia de guionistas de cine negro.

Frente a la puerta de la casa, que siempre se abre chirriando y se cierra de golpe, hay una hermosa baranda de madera de roble islamundino. De medio cuerpo de altura, es ideal para apoyarse y contemplar el paisaje. Si lo haces, aparecerá frente a ti imponente el Mar de Vinilo que rodea la isla; un gris fastuoso, oscuro, con olas que rompen en negro y que rugen haciendo surcos. Y a los pies la Corte, el corte, la caída, el barranco, un precipicio de roca de unos cien Huesos Rotos* de altura.


Os estoy hablando del Mirador de las Frases Hermosas. En él siempre hay un miembro de la familia de escritores de guión, de apellido Cinermitaño. Echados sobre la madera, contemplativos, ya sea padre, madre, hermana o hermano, fuman y miran melancólicamente al infinito**, mientras esperan la llegada de un visitante que inicie la conversación. Si el pie es de su agrado, estás de suerte, ellos te darán la mano.


La última vez que subí. Ayer o hace un año (no es que el Tiempo no exista en Isla Mundo es que hace lo que le da la gana), me encontré con la hija mediana de los seis de la familia Cinermitaña. Estaba vestida completamente de blanco roto, sostenía un cigarrillo de tabaco negro en los labios, y el viento agitaba con dulzura su ropa, su larga melena morena jirones de tormenta. Yo llegué despeinado y feo, me acodé (más bien me anclé) en la barandilla compuesta de artesonados. Y esperando mi ración de frases brillantes. Dije:


- Hace un día de perros.

Ella no se inmutó, pese a que algunas gotas de lluvia empezaron a mojar la gasa de su vestido.

- Nos vamos a mojar.

Siguió sin responder. Pero uno de sus enormes ojos negros me miró de reojo. Me remiro y por poco me remata.

- No quería molestarte. Sé que esperáis un buena entrada para empezar a hablar, y a veces ni si quiera lo hacéis... Apagó el cigarrillo en un cenicero de plata, que ya estaba medio lleno de lluvia, se giró hacia donde yo estaba y cruzando los brazos me miró fijamente impaciente, hermosa, nerviosa, crítica (situación) como es ella... Y no tuve más remedio que confesar:

- Creo que soy demasiado idiota hasta para esta Isla.

- No le pintes de blanco la diana al enemigo.

- Yo no tengo enemigos.

- Dijo el que no tenía amigos.

- Se supone que estás aquí para decir frases hermosas.

- ¿ Acaso la verdad no lo es?

Y arrojando el cigarro al mar (el viento le dio una calada y se lo paso al hermano calamar, los salmones cambiaban de dirección para probarlo, una sirena dejó de cantar mientras lo saboreaba, dos submarinistas perecieron en el intento de alcanzarlo, los corales querían tener labios, la morena pulmones, y la ballena, que se había quitado de fumar y cogido unos kilos desde entonces, se hacía la interesante saliendo a la superficie a respirar), y arrojando el cigarro al mar(contaminando), decía, se marchó dejando caer los brazos, cimbreando la cintura, haciendo aire de su pelo, de su vestido, de mí. Se marchó.




Los narradores no tienen amigos. Los narradores de islas menos. Soy un narrador nadador que llegó a esta isla buceando y que ahora baja la ladera de una colina dando tumbos pero feliz. Contento con tanto banco donde sentarme a descansar. Contento con tanto blanco donde escribir. Contento con tanto negro de cuánto escribí. Tengo muchos amigos. Tengo un amigo. Tengo a Silvio. Y Silvio siempre está en el bar.Tengo un bar al que ir.


(* Medida local )

(** Que siempre les guiña un ojo apenas se dan la vuelta)

sábado, 10 de enero de 2009

Cuando se acaba el té

En Isla Mundo, en ocasiones, debido a la Luna y a las mareas, también nos arrepentimos de haber sido hombres. Son momentos de flaqueza intelectual. Precedidos de fuerza animal. Corremos a beber a los arroyos, nos subimos a los árboles y nos quitamos los pantalones; nuestras rodillas sangran de arrastrarlas por el suelo. Irritamos las gargantas diciendo nada. Y nada dicho muchas veces es una jauría aullando.
No suelen durar mucho nuestros accesos de animalización. A lo sumo una noche y un día: lo justo para hablar de política y aparearnos.

Motín del Té. Boston (1773)

La alimentación en Isla Mundo.

Los alimentos en Isla Mundo no son muy variados. Hay fruta, pescado, algo de caza, Coca-cola y chicles. Lo de las bananas y las liebres es del todo normal en un lugar aislado como éste. Lo que no entiendo bien es lo de la Coca-Cola; yo creo que la sacan de las películas de Billy Wilder y de las novelas de Capote. Se cría estupendamente la comedia por aquí. Por lo demás, la gente masca soledad. Todo el tiempo está mascando su propia soledad.
Hoy comeré:
  • Tortilla de patatas de chocolate.

  • Pan de Anís.

  • Vino de Pan.

  • Y de postre, plátano relleno de Mentiras.

Las Mentiras son una clase de hormiga autóctonas de la isla. Hay únicamente dos especies de hormigas aquí: las hormigas Mentira y las hormigas Verdad. Una son blancas y las otras son negras. Pero nadie sabe, realmente, cuáles son las de un color y cuáles son las del otro. Y he ahí el problema.
Por ese matiz, biólogos partidarios de ambas teorías rivalizan cada pocos años en unas contiendas tremendas llamadas Las Guerras Entomológicas. Son batallas atroces en las que los científicos se clavan entre sí alfileres enormes y guardan a sus enemigos en formol.




Tras varios días de lucha, a veces semanas, a veces minutos, el bando triunfador, que acaba sometiendo a sus oponentes condenándolos a limpiar probetas y a suscribirse a revistas científicas en inglés, se dirige al lugar donde se encuentra la Gran y Única Enciclopedia de Isla Mundo. Una vez allí, de forma ceremoniosas, con las batas sucias pero llenas de medallas, borran con tipper la definición anterior y llaman a Ramiro El Escribano para que estampe la nueva definición de hormiga Verdad y hormiga Mentira en el enorme libro del saber . Ramiro, que es el único escribidor de enciclopedias únicas de la isla, accede de mala gana y, finalmente, entre vítores de doctas gargantas, abre la vitrina, abre el incunable, y escribe con desgana y esmero: Las hormigas Verdad son blancas y las tal y tal... Y se acaba la guerra.

Yo sostengo que unas deben ser las sombras de las otras. Pero eso debe ser cosa de poetas. A mi me gusta la poesía porque se lee de momento. Pero no somos muchos por aquí. Ni bien vistos tampoco (porque nos movemos mucho).

Las dichosas hormigas de Isla Mundo, resumiendo, son unos bichos bastante gordos que, tanto blancas como negras, saben a almendra y regaliz. Y si te descuidas pican como la madre que las parió, reina del hormiguero toda ella.

Disparos de sal


Si te disparas en el mar con una pistola de agua te atraviesas la cabeza.

jueves, 1 de enero de 2009

Mensajes en botellas que previamente hay que vaciar

Escribe lo que piensas y acabarás pensando cosas muy extrañas.

Hoy ha sido otra tarde espléndida de sol y coñac en Isla Mundo. Mi amigo Silvio trae otras dos copas en la mano, una para cada uno. Las viene derramando y parece no darse cuenta de ello. Pero el caso es que después, siempre me da la que más líquido ha perdido. El bar De Los Muertos Favoritos está hoy más animado que de costumbre. Serán las fechas. (Hoy se celebra aquí que 2 + 2 son más de 4 y que dos paralelas se han cortado sangrando abundante sinrazón. Cosas.).

Pero nosotros, no sé, chico, no nos encontramos del todo bien. Echamos de menos la tierra firme y los problemas, sobre todo los problemas. Acodados, atornillados y atormentados en la barra, el Humphrey y yo Bogart, miramos con indiferencia y desdén a la animosa fiesta, que nos rodea alegre como una serpiente prehistórica más grande que un autobús (en prensa).
Qué sé yo. Hoy no tenemos el cuerpo para bailes, y pese a todo, he visto que a mi amigo S. se le iba un poco el pie, supongo que es cosa del ritmo, que lo tiene metido dentro doblado como un muelle y lo hace andar armónico y amortiguado. Ha sido un leve zapateado. Eso sí.
Luego, masticando de lejos a una rubia que ha entrado a los aseos sembrando de caderas el aire, he visto que ha empezado a cantar entre dientes: Con arrimo y sin arrimo, todo me voy consumiendo. Lo he mirado con cariño dándole un tirón amistoso de la corbata, negra de lunares blancos, luego le he pedido al camarero que nos sirva otra botella con el papel más blanco que tenga.
Hay que arrojar muchos más mensajes al mar para que nos oiga alguien ahí afuera, lejos de esta Isla Mundo que nos habita. Muchas botellas que vaciar. Tinta de sal. Tontos y bellos.

- No busques más que no hay. Dice Silvio.

- Eres tan grande que sólo cabes en el cielo. Le contesto yo.
Y el brindis, ¡sí, buen brindis en una noche de verano!, suena en mitad de la noche isleña como si dos estrellas acabasen de chocar.