domingo, 7 de noviembre de 2010

A galope la galaxia



Esta noche sé dónde tiene el cielo las cosquillas. Túmbate a mi lado, ¿ves?. Es negro y brillante como la barriga de un caballo sudado. 

Todo esa inmensidad nos pertenece. Sin fotos. Sin barras. Sin redes.

Esta noche sé por dónde me vienen. Sé identificar los objetos alados. Sé abarcar sin abrir los brazos. 

Toda esa inmensidad nos pertenece. La galaxia a galope. En el pecho los cascos de las constelaciones. ¿Las sientes? ¿Oyes cómo se mueven?
Son todos los potros celestes, oscuros. Ésos que esta noche y ninguna pertenecen a nadie. Ésos que esta noche y todas cabalgan a vena y rayo.

Hay que estar aquí tumbado durante horas para verlos, ¿los sientes?. Huele a heno mojado cuando remueven el cielo. ¿Es que no puedes verlos? Son manadas, son cientos. Son miles de purasangre mezclando la nuestra con la saliva del rocío. Son negros, son fuertes, con diente de astro y bufido de tormenta.

Corren de un lado para otro de la noche, a galope la galaxia en Isla Mundo. ¿Es que no puedes verlos?
    

viernes, 5 de noviembre de 2010

I put a spell on you / Nadie cierra los círculos.







Estaba solicitando permiso para aterrizar en alguna parte, para marcharme. Y ha caído Nina Simone en paracaídas, como una noche brillante llena de dientes y canciones, como una bendición. Ya no quiero ir a ninguna parte, ya no me quiero marchar. En otro paracaídas cae su piano. Nos hemos encerrado dentro los dos y hemos mordido las cuerdas de la música, un ratón negro y otro blanco roen los nervios de la rutina ,;, las costuras del tedio saltan cuando dejas desnuda frente a mí alguna buena idea / distinta. S'il vous plaît, diferente.

O dicha con clase.


He escrito tantas cartas a medias últimamente, desde aquí, desde la Isla, que creo que me falta un brazo. La letra con sangre sale. Tendré que consultar al Doctor de las Palabras:

- ¿Doctor, no me sale escribir mentiras?

- ¿Cree que ha olvidado hacerlo o es que no puede?

- Mentiría si le respondiera.

- ¿Sabe usted la diferencia entre el absurdo y el surrealismo?

- Trompeta.

- ¿Sabe usted la diferencia entre un instrumento musical y cualquier otra cosa?

- La vida es absurda. El mundo es surrealista. Y usted un puto tostón.

- ¿Ve usted un guión clavado en la garganta de sus interlocutores?

- A menudo.

- ¿Piensa que eso significa algo?

- Todo el mundo quiere ser eterno. Todo el mundo tiene hambre.

(Estuve arriba) Desde el espacio esta isla es una pastilla que se toma con el agua del mar.

(Estuve abajo) Los peces más profundos fuman en pipa y leen libros sobre la economía del océano. No creen las historias sobre hombres que les cuento y no siempre tratan bien a las sirenas. Trabajan. Pescan.

En el fondo del mar cavé unos metros y encontré una moneda de plata. Hace tiempo que empecé la colección de cosas que nadie me puede quitar. Como el miedo, eso que le dijo Don Pedro al pelotón que se disponía a ejecutarlo. Podéis quitármelo todo, menos el miedo.

La dejé allí. Me guardé la alegría de haber encontrado una moneda de plata en el fondo del mar. (Los peces profundos acudieron raudos a guardarla en el bolsillo de sus agallas). A ver cómo te lo explico...

El doctor se arrellana incómodo en el sillón, tiene los labios gordos, húmedos. Nina golpea el Fa con el culo, sin querer, y se ríe, y se ríe queriendo, ella siempre se ríe, se ríe en Sol, se ríe queriendo. Yo sigo contando mi historia... No es para usted, doctor. Es para ella.


Un ratoncito negro y otro blanco corren por el alféizar de tu ventana. Somos Nina y yo. Ella siempre va delante. Bebemos en el plato de tus macetas. Es de madrugada y es verano. Duermes ligera de ropa, cargada de sueños. El mundo se hace blando en tu almohada. Nosotros trasgueamos. Nina curiosea tus primeros coloretes, tus primeras pinturas. Yo doy vueltas en el pic-up que conservas más por adorno que por practicidad. Si fuera un disco sonaría a hámster mareado. Los hámster son los jazzmen de los ratones. Ahora Nina camina dejando huellas de base maquilladora en la madera. Me bajo y todo sigue dando vueltas. Tropiezo con las monedas que dejaste en la cómoda la noche anterior; fue la primera vez que saliste sola a la feria. Bueno, no tan sola. También tienes un ticket de la noria que guardaras para siempre. Él se quedo la otra parte. Hay tantas momentos que son para siempre con 15 años. ¿Nina está llorando? Gimotea leyendo tu diario. Y comienza a cantar, no despertará a nadie porque tiene la voz bajita de roedor. Pero a mí, que tengo orejas de roedor, me llena de tristeza. Me vuelvo a la ventana. Alzó el hocico a la luna, y olisqueo el ambiente. Los alaridos de Nina poco a poco sustituyen la nostalgia por belleza. Pero es a golpes fuertes y duele la sustitución. En la Mitología Ratonaria cada estrella es la entrada de una ratonera mágica. Y cuando todos los ratones muertos-trampeados salgan de sus escondites llenaran el cielo de pelo blanco y suave, se comerán la gran bola de queso, y todos los hombres, cegados por la luz de la blanquísima bóveda, se dormirán inofensivos e inermes como un niño en pijama, cargado de sueños. Operación Pérez fue llamada.

Dos ratones, uno blanco y otro negro, salen por tu ventana. Mañana cuando despiertes recordarás que has soñado con un piano, con millones de ratones royendo la luna, con una canción sonando en ese tocadiscos que nunca funcionó, en ese plato en el que nunca pusiste ningún disco:

I put a spell on you

'Cause you're mine

You better stop the things you do

I ain't lyin' No! I ain't lyin'


Mirarás el ticket de la noria y pensarás ‘para siempre’. Y luego regarás las plantas, sin saber por qué.

Embrujada.

Contenta y embrujada.

- ¿Es ese el concepto que tiene usted de contar verdades?

- Sí.

- Podríamos pensar que, cuanto menos, su historia resulta un tanto... inverosímil.

- Trompeta.

- ¿Por qué sigue usted viniendo a esta terapia si no cree en ella?

- Por el mismo motivo por el cual usted sigue ofreciéndosela a la gente.

El doctor se lleva la pipa la boca. Y mira al techo en tono reflexivo; hace pompas con la mirada.

- ¿Tiene usted miedo de que alguien puede apropiarse de estas conversaciones?

- ¿Y qué podrían hacer con ellas?

- Aprovecharse de su locura.

- Si usted camina descalzo y encuentra un par de zapatos en el camino, ¿qué haría?

- Lógicamente, me los pondría de inmediato.

- ¿Y si no fueran de su talla?


Nina se impacienta y acaricia sus dedos largos sobre sus piernas cruzadas. Dios mío, qué fea tan hermosa. Se ajustaba los guantes, se coloca los pliegues de su la larga falda. Caen notas. Abre el bolso y se dispone a pagar sus honorarios al doctor. Le da un billete verde (como su agenda de doctor verde). Él hombre se tienta los pantalones, la chaqueta, no tiene nada suelto para darle el cambio. Finalmente, registra su chaleco, sus costados están llenos de bolsillos, rajas de tela al costal. Por fin encuentra una moneda de plata, la mira de reojo, de un modo furtivo, y vuelva a guardársela, escamado.


- No tengo cambio, lo siento. Pero no se preocupen. La próxima sesión será gratis.

Recojo el sombrero sonriendo y nos largamos de allí. Él se sienta distraído en su propio diván y abre un libro de economía. Competitividad, pez grande, pez chico. Veganismo. ISMU 001


- Me encantan los círculos, Nina.

- ¿Porque están cerrados?

- No, porque nadie los ha cerrado.





Ella me agarra del brazo y sonríe Soul, en Sol, siempre en Sol, caminamos dos o tres calles, cinco o seis canciones, siete o diez veces.

 

- Me encantas tú, Nina.

Ella mueve el hociquillo de puro placer.

- Busquemos otra ventana. Quiero cantar.





martes, 15 de junio de 2010

More Than I Can Say



Hoy tenemos visita en Isla Mundo. Dice llamarse Nemo; corresponsal en la tierra de los pequeños placeres.



Hace tiempo que lo esperamos aunque en sus cartas, esas en las que anunciaba su visita, decía que él ya estaba aquí. Que siempre estuvo. Que nunca se fue. Que lleva una piedra en el bolsillo de la Montaña de los Idiotas.

Nemo, cronista de las glorias cotidianas. Te esperamos. Hay dos copas que multillenar en la bodega de los homenajes. Dos medios hacen un entero.  Y aunque estemos mal terminados, aún seremos de bronce, si bebemos vino a las once. Amarillo. Claro.

He barrido la playa con la hojas de una revista atemporal; debajo de la arena había azulejos de un patio andaluz. He engominado las palmeras con fresa y le he pedido a Escher que dibuje unos carteles de bienvenida para ti; todos los pájaros negros, todos los peces blancos. Lo seguiremos haciendo así hasta confundir. Buddy Holly está avisado: Not Fade Away,  en cuantito te vea entrar. Mailman bring me no more bluesFool's Paradise, después.

I was lost in a fool's paradise.

Good and lost in a fool's paradise.


Sacando brillo al pico de las gaviotas, con la manga de la camiseta de TXA, me han picado tres o cuatro. Tengo heridas las manos. Me he vendado los ojos. Es igual. Tampoco puedo mirar si vienes por el catalejo porque en la última fiesta lo llenamos con ron. Y de la torre de control nunca llegan noticias ciertas, los aviones plateados se despistan, quizá no fue buena idea comprar el material para su construcción en Babel. ¿Capitán, te queda mucho para llegar?

(Caminé de punta a punta de la costa. Me mordí los nudillos. Me asomé al anti-faro y no aparecías. Enarbolé dos nubes blancas. Pinté de rojo todas las rocas. Hice la colada de las sábanas blancas para poner nuestras pelis favoritas de cine negro, ¿Capitán, te falta mucho para llegar?) 

Música en I.M. Bien. Te ofrezco el siguiente programa:


[RELAX] Caminando alrededor de ninguna parte, buscándole el ritmo a la vida bajo la falda. Paseando. Sin más. ¿Sabes lo que te quiero decir? Sin aspiraciones / esto es: dejando de apretar los dientes y conteniendo la respiración. Un, dos, un, dos. La ambición nos servirá para regar las cunetas. Amapolas; irreverentes.   

[REVANCHA] También tenía preparados algunos mensajes groseros que mandar en botellas de cristal fino, de esos que se rompen en las manos de quien los recibe, pero nos las vamos a arrojar al mar. Que NO. Las guardaremos para recordar las cosas que no nos gustan. Que SÍ. No vamos a ensuciar las olas, hoy no. >Recuerdo una noche en que todos se peleaban, nos fuimos con dos tequilas al mar, brindamos a oscuras por nuestra amistad. Cuando regresamos ya no discutían. A veces sólo es cuestión de esperar bonito. De esperar bien<.
Nemo, periodista en verso de los días agradables. Fotógrafo de lo bueno, sin carrete ni negativos.

[DESINTOXICACIÓN CIVIL] La institución. Vosotros que todavía no habéis entrado en la institución... El bueno de Juanito, el mejor narrador oral de la isla, nos ofrecerá la terapia. Lo oiremos sentados, anucados contra la pared, y cuando termine no tendremos nada que añadir. Todo estará bien dicho. Sólo tendremos ganas de escribir postales. Los grillos entonarán, No More Than I Can Say, y todos lloraremos una vez más de emoción. Uoh, uoh, hey, hey. Cuando la botella era el catalejo para probar el cielo, alzábamos el cristal las noches de verano...  ¿Es así la traducción? ¡Qué más da!

Llevo todo el día de este año esperando que llegues a tu isla. Si no te yo doy la Bienvenida, ¿Mocho, quién coño me la va a dar a mí cuando salga? 





Estoy aprendiendo, todos los días, estoy aprendiendo.
La tristeza es un bloc de notas con tapas azules.
Estoy aprendiendo, todo el tiempo.
Tengo sol y tenemos caminos.
Qué empeño en llenar la casa de sillas,
si sólo nos podemos sentar en una.
Qué empeño en sentarse en una silla,
el mundo está lleno de suelo.
Estoy aprendiendo, todos los días, estoy aprendiendo.
Uoh, uoh, hey, hey.


jueves, 20 de mayo de 2010

Reformas / Radicando




Reformas en Isla Mundo. Estoy pintando las paredes con colores del siglo pasado para joder. Estoy harto de tanta fingida modernidad. Voy a ser antiguo en la cama. Tengo ganas de cambiar el papel de mi habitación. Voy a forrarla con los folios de mis fracasos para ganar espacio. Todas las batallas perdidas tienen de bueno..que. han terminado.

TODAS LAS BATALLAS PERDIDAS TIENEN DE BUENO QUE HAN TERMINADO

Una retirada a tiempo son 100 disparos en la espalda. A la Luna 2 le hemos cambiado la bombilla por una de luz de bohemia. Es tan bonita que se funde pronto. Brilla tanto que ya está apagada. Qué barbaridad. A cuánto está la luz _ _ _  Las noches sin luna.

El césped azul. Por capricho. Por descontado. Siempre azul. Por supuesto. Las rocas rojas. Y una cuerda de plata atravesando el horizonte para que te desnudes y lo cruces. Qué imagen tan hermosa, ¿tuya o mía?

La noche de los corazones limpios mantuve el equilibrio, bailaba quieto en la comisura de dos sonrisas. No tuve tiempo de demostrarte lo que era la equidistancia porque se rompió cuándo me acerqué a explicártela. De todas las noches me quedo con la que se hizo día. No puedo darte nada pequeño porque todo lo haces grande. Hay música en los giros de los planetas y tú te bajaste una canción a las piernas. Para marcharte y hacer el camino. Descarga ilegal.

Reformas. Anulacióndetodoloelectrónico. Menos las guitarras eléctricas de cuando recién las enchufaron.  Robert, Muddy y John, Slim... hambre, pequeños amplis, unas pocas monedas _ Las noches de las frases nunca iguales repetidas.


                              Con huellas rojas llegaré hasta mi Istmo. Y allí leeré mil quinientos cuentos chinos.  Alimentado durante un mes de rabos de moraleja, beberé el jugo de las raíces cuadrada. Radicando.


Aún tendré tiempo para buscarte una frase amable del repertorio. Aunque no podrás leerme los labios cuando te la diga porque llevaré un pañuelo de cuatrero, tendré la nariz polvorienta, y los ojos rojos, rendijas de pelo harán fuego, despidiendo brillo, despidiéndose.


Voy a robarte el ganado y no te vas a dar ni cuenta.  Estoy furioso. Voy a quedarme con cada una de las ovejas que cuentas por las noches.



(Y después las pondré en libertad.)






miércoles, 28 de abril de 2010

Z



Estoy viajando en el tiempo: escribo.

viernes, 23 de abril de 2010

Nueva Salida






Hablando deprisa tanto que no te puedo seguir probando nuevas formas de comunicar tanto que no las vamos a repetir escritura automática autoengaño autoyo au. Brazas necesarias para navegar la sonrisa debajo del bigote el mar. Días convenidos medidas temporales aplausos dónde están las manos las mías sobre el teclado. Espulga el pajarillo sobre el lomo del elefante busca comida entre las pieles grises. Ya lo estás pensando demasiado no debería ser así piensa en las palabras que tienes que repetir y tiembla tiembla indigesto de signos de puntuación tirita tirita buscando alimento sobre la piel seca   La Tierra. Demasiados experimentos pueden resultar funestos dijo el investigador del aire cayendo en picado muerto machucado. Ojalá supiera en cada momento en qué momento está. Busco los acentos busco las palabras al pie de una foto de una foto sublime que no debería comentar. Busco surfear la música la onda del swing la linea delgada de la guitarra de B.B King everyday i have the blues everyday i have the blues. Nadie no me entiende. Nadie no. Naide. Gaseosa burbujas y un tapón azul días de auténtico verano la higuera la higuera y las ruinas luego las ratas la higuera y los tejados el sol las noches bebiendo noche las bebidas consumiendo noche. Luego los coches la ciudad. Si pudieres leerme tan rápido como te miro yo si supieras los esfuerzos innecesarios la cama sería todo el tiempo. A golpes a golpes de ritmo una bola de acero del mejor barco demolerá tu casa hasta hacerte comprender que no hay casa ni cosas ni tú sin ti. Empeñado en ser los demás hay un estanque lleno de monedas en tu interior si me miras a los ojos deberás volver tendrás que regresar hay un fuente que nunca se seca justo justo justo allí donde nadie puede alcanzar a beber. 



jueves, 15 de abril de 2010

Atardecer frente al Mar Imaginado. Canción para Nemo.




Me gusta que las nubes se muevan rápidas y mirarlas. En días así ellas hacen todo el trabajo de composición. Me gusta observar a los pájaros, ignorando sus especies igual que ellos me ignoran a mí. Describirlos al vuelo. Llamarlos con nombre de persona con la agradable certeza de que nunca acudirán.

Me gustan las tardes largas que mordisquean a la noche dejándola roída de estrellas. Me gustan las palmeras genuflexas a brisas encabritadas. Me gustan las hojas verdes (e inocentes) haciéndose negras (y malvadas) sin dejar de ser iguales: Hojas verdes e inocentes que se vuelven negras y malvadas.

Me gusta que el mar empiece a desdibujarse en la oscuridad viéndose obligado a definirse sólo con el ruído. Tremendo ruído ése, donde el leve roce termina siendo voz acumulada de cientos de murmullos / atronadora herida del silencio. De la que nace todo. Que dará paso a  sentir  vivo (y fuerte / y bravo / y furioso) lo que siempre ha rodeado esta isla, ese Mar Imaginado.

Me gusta la noche indefinida. Me gusta que se haga esperar como esa gran actriz que es,  debutante perenne de una sóla función. Me gusta que la luna y el añil convivan. Me gusta que el día muera lentamente dejando en herencia cuerpos celestes, gallos y salamanquesas. Manías.

Me gusta esperar sentado a que todo esto ocurra. Y no hablarlo con nadie. Como el aquel (´) que contemplaba absorto el cuadro mientras cientos de visitantes pasaban por delante de la pintura esperando que el arte los mirase a ellos. Y el arte no mira. Y el arte no ve. El arte es.

Me gusta cerrar el libro cuando las últimas palabras se hacen ilegibles por la falta de luz y continuar la historia con la historia cerrada sobre las rodillas. Me gusta cerrar los ojos cuando todo se vuelve sombra e iluminar ideas brillantes con bombillas amarillas de feria. De feria vacía de gente. Verbena reventada. El gusto de la paz. Calles llenas de papeles. Un balcón.

Me gusta dormirme con el ocaso inyectado en la vena. Vacuna contra la monotonía de los que  solamente ven monotonía.  Me gusta oír a mis amigos alrededor pasándose la botella marrón fresca y comunitaria, arrojándose el sol los unos a los otros como un balón naranja.  Una  broma de fuego. Saberme seguro entre ellos que gritan y ríen y siempre tienen oídos para mis silencios y brazos para mis navegaciones.

Me gusta sentir a Nemo decir que no hay mejor sitio para estar que en Isla Mundo. Y verlo abrir los brazos fiero y vociferar suave de placer como el gato de Kerouac. Aggghhh...poyar  luego la cabeza en el hombro de la estética parsimoniosa (o de un pirata amigo) y sonreir satisfecho de haber visto caer otra moneda ardiendo en la hucha del horizonte. Montañas lejanas y ajenas son su alcancía. ... Que no hay sitio mejor que éste. Él, que ha recorrido el mundo entero y sus excelencias. Y que siempre vuelve, con una historia  traducida de regalo, a ver nuestras caras de sorpresa ante los prodigios exteriores, sin dejar de contar en la lontananza su capital en soles, repasando, tarareando muy tranquilo, su cartilla de rimas preferidas en el banco del viejo molino de viento.     


Me gusta que las noches sean cuevas y durmiendo volver a ser como fueron los primeros hombres. Me gusta que las palabras sobre la tarde vayan languideciendo hasta no decir nada, aunque sigan sonando lejos, ya poco. Ya nada.

Me gusta. Eso es todo, quería decírtelo antes de que anocheciera.








domingo, 11 de abril de 2010

Las Nuevas Fábulas de Isla Mundo. I / El perro flaco.



El perro flaco miró tiernamente a la única pulga de la isla que aún no se había unido al festín de su carne. Daba lástima la pulguita, la más canija y esmirriada de todas, de patas cortas y averiadas, y una mierda de trompa. Con gafas de carey y pánico a la sangre. Pulga común, especialista en nada. La única pulga que no podía picar al perro flaco porque cada vez que pretendía saltar rodaba. El más torpe e inepto insecto sin alas. Tarásito, transmisor sólo de pena. Insignificante y sensible; deprimid&nhelante de parabrisas [golpe] y primavera. 

Decía que. El perro flaco miró con sus ojos infinitamente tiernos a la pobre pulga que aún no le mordía (y lo intentaba dando patéticos saltitos a su alrededor, tropebrincos y cabricornadas), flexionó sus largas y delgadas patas de  perrillo corredor,  y acercándole la oreja, plataforma de pelo, alfombrilla  rosa de can, convidó a la pulga a subir y a tomar un chupito de su sangre triste, mas caliente y alimenticia. Chsssssssssss, chsss.

Luego que el refrán se hubo cumplido en su cuerpo y por sus venas, el perro flaco rascó sañudo su lomo contra la corteza de un árbol grande como costumbre añeja. Y echó a correr rabioso por la selva para morder a Esopo, o a la vida, o a la puta que lo parió, que diría Sancho. A morder el aire, en definitiva, que va lleno de culpables.



sábado, 27 de marzo de 2010

La leyenda del pez volador



 



Querer vivir como el pez volador es querer morir víctima del anzuelo y de la flecha.

La leyenda del pez volador es una historia de dentro a fuera. Una adaptación al medio que hace bella la huída y rara la especie. 
Agujas plateadas que cosen el mar al aire, ensoñación de marinero, un disparo de escama y sal que mata la uniformidad del océano. Eso es el pez volador.

¿Cuántas veces has saltado fuera cuando has sentido cerca el peligro? ¿Cuántas veces has necesitado salir a tomar el aire empachado del plancton de la rutina? ¿Cuántas no lo has vomitado con un grito acompañado de un curioso silbido...? Mírate saltando fuera del mar.

Los griegos decían que estos peces dormían bajo las estrellas, pues era fácil encontrarlos, muertos que no dormidos, en las cubiertas de los barcos, varados tras un vuelo demasiado largo. Un viaje final aspirando a ser estrella / para acabar retorcido junto al tobillo de un pescador.

Peces golondrina. Peces travestidos. Peces más chulos que ocho delfines. Peces pájaro. Peces gallina. Peces queriendo llegar, peces queriendo ser. Peces incomprendidos. Peces que miran distinto que los demás.

Querer vivir como el pez volador es saber aguantar hasta 45 segundos fuera del mundo. Con eso basta. ¿Puedes hacerlo? Te veo rodeado de gente, gente que habla de sí mismo sin parar, te veo en medio de tu trabajo dibujando absurdos unos y ceros. Te veo sosteniendo la mano del aburrimiento y la comodidad, te veo cuadrando en tu salón los sentimientos de otros, te veo buscando en una red inmensa de mentiras un pececillo que sea de verdad. Y ahora te veo saltando, saltando hermoso como un pez volador, saltando fuera de la charca que desde arriba se hace mar, te veo haciendo hermosa la isla, junto a ti cien proyectiles de plata más, te veo silbando la leyenda del pez volador. Te veo entendiendo lo que quiero decir.

Y te veo volviendo a caer al agua salada con una sonrisa de aire en la comisura de tus labios de pez, de pez volador.


(Bienvenido a la Isla. 15' fuera del mundo.)



miércoles, 24 de marzo de 2010






Y de repente todos los ojos que había clavados en mí se cerraron.

Y entonces pude dormir.

.


 

martes, 16 de marzo de 2010

Hoy seremos felices en Isla Mundo






Hoy seremos felices en Isla Mundo.

Hoy tocan Los Beatles en el Bar de los Muertos. Los escucharé distraídamente desde una mesa mientras juego a las cartas del amor. Barajaré hasta que suenen los primeros acordes de Ella tiene un billete para irse..., Entonces me levantaré,  derramaré torpemente copas sobre vestidos blancos, sonrisas sobre miradas, localizaré deseos escondidos entre rímel y sombras. Repartiré tambaleante lágrimas troqueladas de pupila por la sala. Brillante.

Saltaré.

Bailaré con las manos sin mover los pies. Beberé por ti. Brindaré por ellos. Habrá tanta gente que no podremos establecer comunicación, sacaré una pizarra y dibujaré dos ojos, una fecha y una sonrisa ). Y en la distancia veré como tus labios pierden la horizontalidad. 

Hoy estoy más en la isla que nunca. He vuelto. Pasé unos días en la ínsula que mi tío Alonso le prometió a Sancho. Allí tengo una silla incómoda en la cual a veces me siento a esperar. Esta vez quería ver salir la Luna pero el sol amenazó abrasarme con sus carcajadas.


Volví nadando a casa. O sea con nada.  Tengo los hombros quemados. Ha sido una larga travesía pero ahora me siento mejor; todo sigue desordenado en su sitio. Tendí la ropa para que se secara, hice bandera blanca de mi desnudez. Abrí una botella de vino amarillo como la arena, me tumbé en el licor. Desenterré algunos tesoros de vinilo azul y acostado revisé la cosecha de ilusiones que siembro en el cielo. Nubes con forma de lechuga. El mundo es una enorme sala de esperanza.


Hoy seremos felices en Isla Mundo. No habrá carretera sin playa, ni día sin ti.


Nos encabritaremos bellos contra el dolor, ya lo verás, Correremos como un caballo al que fustigan por última vez. Nos esconderemos. Haremos manualidades con acuarelas rojas en una cueva húmeda y luego el amor como dos neandertales.
 

Tú serás yo y yo seré tú. Nos tiraremos al suelo y barajaremos las manos. Gritando mezclaremos nuestra piel y nuestros nombres. Amantes desde millones de años atrás.


Hoy seremos felices en Isla Mundo. El mundo es una canica buscando una buena cuesta por la que rodar.

Esto no es un ejercicio optimista con resultados catastróficos. Y ya sabes que no me gustan las utopías desde que leí a Tomás Moro y sus aburridas comidas. Esto es una demostración de álgebra amatoria; un agradecimiento por llevar la isla en tus ojos cuando salimos fuera de ella. Fuera de aquí habrá…

Estrados, paraninfos, portadas, gente, reuniones. En ningún lugar seré nunca más yo que en este lugar.


Hoy vamos a ser felices en Isla Mundo donde las semanas tienen siete páginas y los recuerdos son una esquina doblada. Así se recorren estas calles. Nubes blancas milanesas borraran del cielo todas las curvas fallidas, desaparecerán todas esas elipses tristes & grises. De mano de la tormenta la aguja del rayo se clavará ardiendo en la confortable hierba mojada. El compás firme de los días trazará un enorme círculo de sol en la lámina blanca del horizonte:


; Un barco.


Y en la cubierta cócteles y zalamería. Frank Sinatra. Un poco de paz. Tú.

Inventaremos el buen mal tiempo. Una lluvia radiante, sol a cántaros y nieve de folio. Tiraremos tizas a un lago de tinta negra para que parezcan estrellas. Después cerraré los ojos y pediré un deseo que se cumplirá acto seguido en tu boca.


Ella hizo Virgo, yo Orión. En Isla Mundo hay extrañas naves encalladas, falta de gravedad, y Espacio de sobra.


Y al final del día un vendaval de sueño soplará en tus sábanas y te hará cosquillas en las orejas. Tú te dormirás y yo me quedaré despierto+contento dibujando islas en el techo.


Sí. Estoy seguro. Hoy seremos felices en Isla Mundo.

miércoles, 10 de febrero de 2010

Los tiburones inventaron el círculo




Brilla el sol pulido en el lomo de los tiburones; un martillo de agua empuñado por el aire hizo su piel, millones de años después, fuerte y suave. 
Habrá que perdonarles que de vez en cuando se coman a alguien. Ellos inventaron el círculo.

Se ha ido la lluvia y las partículas de polvo iluminadas (big bang de cerrar aquel libro viejo)  constelan mi ventana. Las quería contar todas y ponerle nombre. Pero me aburrí de esperar a que se ordenaran, salté y me fui. Suele pasarme.

Luego me ido pensandando a pasear a la playa y en ella he descubierto un  curioso hallazgo (matorral de la familia del azar):

A Isla Mundo ha llegado un mensaje en francés dentro de una de esas cajas redondas de lata en las que se guardan las películas. Sam Cooke y yo lo estamos revisando, él está casi tan sorprendido como cuando escuchó por primera vez aquel cocktail de Brighton 64.Yo estoy contento de recibir un mensaje tan elegante, tan blanco y tan azul. Igual deberíamos llevarlo a objetos perdidos o a una comisaría, pero en Isla Mundo no hay policía.



Sam me dice adiós con la mano y se marcha silbando, seguramente habrá quedado.
Y en el mar los tiburones persiguen a Arquímedes que les grita furioso mientrás lo rodean: Noli turbare círculos meos, noli turbare. Pero ellos no saben latín y por suerte el sol sigue brillando en sus lomos.

martes, 9 de febrero de 2010

El duende de la isla (deslavazándose.)



Tengo una botella de anís pequeñita, la he encontrado en la orilla, del tamaño de un dedo meñique pequeñito, del mío, que introduzco en ella repetidas veces para beber. 
Colocaré dentro de ella un mensaje corto, insignificante y deslavazado; como yo. 

Soy el duende de la isla. Y tengo una botella de anís pequeñita, sed y muchas cosas grandes que escribir en miniatura.

¿Qué significo?

He dormido en el hombro de algunas mujeres. He correteado por la espalda de muchos hombres. Soy un animal para los animales. Viene gente extraña a este lugar. Y yo los conozco a todos, porque soy un ratón con alma que le robó el olfato a Chejov.

Mannish boy, ven aquí, soy un trasgo, ¿qué daño me vas a hacer? Mannish man boy, ¿quién te has creído que eres? Písame / soy venenoso. / Te arrepentirás hasta de arrepentirte.

Nadie puede atraparme porque todos están presos. Vivo en la madriguera de un conejo que quiso ser carretera. A veces vienen a verme amigos de ese conejo que quiso ser carretera, ¿os conozco?, ¿dónde está el conejo que quería ser asfalto? Antes vivía aquí. Dicen royéndome los cordones de las botas y los botones de la camisa y la empuñadora del puñal milimétrico.

Yo siempre les digo que busquen en el kilómetro 26 de la autopista que va a ninguna parte pasando por todos lados. Porque ésta ahora es mi casa. Yo tengo un agujero...

Otro tengo en el pecho. Cuando bebo anís parece que está cubierto por un cristal blanco. Pero es mentira. El agujero sigue ahí. ¿Es que nunca han visto a un duende borracho? Somos así. Cubierto, el boquete del pechete, por un cristal blanco. Adelante, buena gente. Cuchillo y tenedor de nácar para comer lo que haya en el hueco frontal del enanito vertical. Un pequeño corazón que aún funciona; cuidado con la raspa.

Corro por la Isla libre y vestido como un mini Robinson Crusoe. Yo lo quiero mucho a ese viejo cabrón, pero aquí lo tienen encerrado. Bajo rejas, porque llevaba un trabuco cargado y tiraba rápido de gatillo. Es algo colonialista, un poco asesino y muy cazador, pero le tengo cariño porque la mayor parte de lo que cuenta es mentira y además sé que quiere mucho a Viernes.

* * *

El trasgo de la isla corre cojo ladera abajo. Por fin ha conseguido intercalar su mensaje, anoche me entretuvo haciéndome creer que él era el emperador de la Luna y yo su biógrafo. Sé que es el animal de compañía de Aphra; y ambos se burlan de mí. El trasgo de la isla corre cojo por mis textos y se come mis acentos. Escribe lo que quiere. Me mira de reojo. Quiere saber si clavaré esta/su carta en el árbol del centro para que todas la lean. 
Sí, tranquilo, lo haré y utilizaré para ello agujas y alfileres (ya sabes, duende, needles & pins).

No translation found for 'trasgo'.Así es el idioma.

miércoles, 27 de enero de 2010

Todos somos un poco rubia barbitúrica en Isla Mundo

 


Todos somos un poco rubia barbitúrica en Isla Mundo.
Si Nabokov y Marilyn Monroe hubiesen tenido un hijo hubiera sido niña y hubiera sido un cuento.
Todas las frases estúpidas que escribas en la arena las borrará la marea. Todas menos aquellas que alguien haya podido recordar. / ¿Por eso escribes?
Las conchas no hablan.
Las de su pueblo sí.
La arena es tuya y las frases mías. O al revés. ¿Pero quién se hace cargo de las olas?


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Los mapas de Isla Mundo no están dibujados, están escritos. No lo jures, rímalo. También tenemos una canoa que da vueltas alrededor de la isla, y en ella hay un guía amarillo al que llamamos Página. No sabe hablar tu idioma, sea cual sea tu idioma, porque sólo habla para él y siempre lo hace en voz baja porque tiene muy buen oído. También tiene dos remos, a los que llama porquesí y porqueno. Suele llevar el ceño fruncido porque en todas las novelas hay un personaje que tiene el ceño fruncido. A veces se pregunta que frunciríamos si no tuviésemos ceño. Y mientrás lo discute consigo mismo rema, porque sí, porque no. Nunca lo interrumpas. No te marees y contempla.   

[A pie puedes seguir varios caminos recorriendo las lineas de tu mano. La autovía quiromante va directamente a tu mente. Seguramente te quedarás sin gasolina y tendrás que llegar al final en punto muerto. En Isla Mundo hay metáforas como dragones que te muerden detrás de las orejas hasta los tobillos. Cuídate, el talón de Aquiles se ha quedado sin fondos en Wall Street.] Los corchetes son los submarinos de las ideas.

(Aún recuerdo, embargado también de emoción, aquella tarde en que amaestré uno de esos dragones metáforosos y verdeperados, lo llamé Barbitusauro y lo metí en un frasco. Luego lo corté en pedacitos y se los dí a los habitantes de la isla. Está bueno, decían. Sabe a sueño. Después todos se quedaron dormidos. Envenenados y elegantes como personajes de Agatha Christie. Al otro día despertaron, el amanecer es el antidoto de todo.) Los paréntesis son las risas del texto.


Si Agatha y Alfred tuviesen un hijo nadie sabría dónde encontrarlo.
(Ella lo escribe y él se ríe.)
 






Para terminar, ¿quieres que te regale un misterio? ...

(Los puntos suspensivos son las restos de sangre de la historia)

¿Quién mató a la cigüeña?



 barbitúrico, ca.

(Del al. Barbitursäure, ácido barbitúrico, e ‒́ico).

1. adj. Quím. Se dice de cierto ácido orgánico cristalino cuyos derivados, como el veronal, tienen propiedades hipnóticas y sedantes, y en dosis excesivas poseen acción tóxica. U. t. c. s. m.