domingo, 7 de noviembre de 2010

A galope la galaxia



Esta noche sé dónde tiene el cielo las cosquillas. Túmbate a mi lado, ¿ves?. Es negro y brillante como la barriga de un caballo sudado. 

Todo esa inmensidad nos pertenece. Sin fotos. Sin barras. Sin redes.

Esta noche sé por dónde me vienen. Sé identificar los objetos alados. Sé abarcar sin abrir los brazos. 

Toda esa inmensidad nos pertenece. La galaxia a galope. En el pecho los cascos de las constelaciones. ¿Las sientes? ¿Oyes cómo se mueven?
Son todos los potros celestes, oscuros. Ésos que esta noche y ninguna pertenecen a nadie. Ésos que esta noche y todas cabalgan a vena y rayo.

Hay que estar aquí tumbado durante horas para verlos, ¿los sientes?. Huele a heno mojado cuando remueven el cielo. ¿Es que no puedes verlos? Son manadas, son cientos. Son miles de purasangre mezclando la nuestra con la saliva del rocío. Son negros, son fuertes, con diente de astro y bufido de tormenta.

Corren de un lado para otro de la noche, a galope la galaxia en Isla Mundo. ¿Es que no puedes verlos?
    

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