sábado, 19 de febrero de 2011

Afluentes de Isla Mundo (imposible detener el desfile)


Hay dos caminos. Por uno la realidad, la lógica y tú.

Por otro, de papel albal, navegan (:)

Los patos de cerámica que graznan a lo G.Marx,
Canicas celestes, ruedas ligeras, astrillos de cristal.
Ojos de gigante, que vigilan por delante.
Coral de enanos, que cantan y saltan por detrás.
Los árboles cruzan la rivera, de ribera a ribera,
sus ramas se entrelazan, secular pelea de madera,
todos quieran dar sombra a los navegantes.
Ser puente de aire.

Ajeno Saki, sentado a la orilla,
pesca cadáveres exquisitos,
dejando paso entre sus brillantes anzuelos
a Errol Flynn que nada rodeado de peces con bigote.
Galdós cabalga a cuestas del lomo de Napoleón,
mientras le clava espuelas sin punta, con tinta.
Le siguen un ejercito de desertores
que buscan bañistas desnudas,
escondidos tras los matorrales. 
Y el frescor del reposo, en los verdores. 
Él, Benito, sabe que no hay bando sin tela.
Ni bandera que cubra el horror de una guerra.

Huckleberry Finn espera,
se llena el bolsillo de hierba,
y la balsa de negros,
tantos que hacen de noche el cielo,
estrellas de jazz en los ojos rojos, constelación dental.
Soplidos y silbidos, prodigiosos.
Manantial de música, ebullición eléctrica, manifestación divina. 

Tres rusos, remangados de pantalones,
se quitan el sombrero para saludar,
distraídos, varados en la corriente de la revuelta,
se preguntan por la vida y por la muerta,
por las debilidades del hombre, por las costuras de la nueva novela.
Mientras se mojan sus barbas,
enmarañadas de nenúfares,
con el agua de los tiempos,
sin darse cuenta.
Todos conducen a Isla Mundo.
Todos señalan su afluente.

Desfile de imágenes, ¡a la corriente! ¡a la corriente!
Hay un portalibros con banderas de papel, ¡apunten!
Y un submarino que escupe tinta como calamar,
cargado de personajes, pluma gigante de acero,
escotillas de plata,
entrañas líquidas,
fluido mágico,
hollín viajero.
Navega el subazulmarino el río de papel albal,
afluente de Isla Mundo,
¿ves a los actores que serán,
asomarse a los ojos de buey,
mamar las ubres galácticas?
Te saludan con sueños, recuerdos y visiones,
arremolinados en la yema de cubierta,
indagan el horizonte de óvulos;
las historias misteriosas, 
el hilo del ovillo enredado que,
sin saber a dónde, los remolca.


Es imparable; the Kiss Parade.
Es increíble; como todas las buenas noticias.

Cierra la comitiva, por hoy,
una manada de bisontes,
pezuñas imaginarias que buscan culpables,
comida, aire y agua de verdad.
Un unicornio sin cuerno que viene a reclamar.
Dice que lo llaman burro, burrito, burrillo de mar.
Unos quijotitos señores que hablan
incautos, con la amistad abierta de par en par.
Trompetas y tambores,
a su paso sonríe el narrador de las manos,
que aprieta el cigarro y los ojos de Wayne.
Carrozas cargadas de lunas,
Pastores magos, reyes comiendo gachas.
Cometas convertidos en luciérnagas.
Libélulas azules. Furgonetas llenas de algodón.
Leñadores sin hachas, hachas sin palo.
Tú y yo.
Rock and Roll.

Un forastero llamado Juan Can,
con la mano manchada de tiza,
guiando  un carro cargado de música,
tirado por mulas,
atadas con cuerdas y clavijas,    
que dejan en el barro, al andar, huellas sonoras,
veredas mudas,
muchachas solas,
arena tierna acompasada,
al ritmo de su trote,
paralelo y seco,
a la platilla húmeda y brillante del pequeño río,
del gran horizonte.

Afluente de Isla Mundo.

Cierra la procesión, por esta tarde,
que fue noche de saxo,
mi querido Franz KfK 
enfrascado en doscientos documentos,
tratando de trazar el plano definitivo,
del puente que ha de cruzar este río.
Será puente levadizo, dice él.
que dando mil vueltas, habla para sí. 
por hermosos recorridos, fantasea.
y laberintos quebradizos, juega.
nos dejará finalmente, resume. Se recrea.
quietos,
y pensativos,

al final del puente.
al principio del río.

Justo de frente,
frente por frente,

al mismo punto del que habíamos salido.

Puente demente.
Imposible detener el desfile,

Afluente de Ia Isla.
Ahí viene Annabel.






Afluente de palabras. Húmedo de voces.
¡A la corriente!
Imposible detener el desfile.

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