martes, 15 de junio de 2010

More Than I Can Say



Hoy tenemos visita en Isla Mundo. Dice llamarse Nemo; corresponsal en la tierra de los pequeños placeres.



Hace tiempo que lo esperamos aunque en sus cartas, esas en las que anunciaba su visita, decía que él ya estaba aquí. Que siempre estuvo. Que nunca se fue. Que lleva una piedra en el bolsillo de la Montaña de los Idiotas.

Nemo, cronista de las glorias cotidianas. Te esperamos. Hay dos copas que multillenar en la bodega de los homenajes. Dos medios hacen un entero.  Y aunque estemos mal terminados, aún seremos de bronce, si bebemos vino a las once. Amarillo. Claro.

He barrido la playa con la hojas de una revista atemporal; debajo de la arena había azulejos de un patio andaluz. He engominado las palmeras con fresa y le he pedido a Escher que dibuje unos carteles de bienvenida para ti; todos los pájaros negros, todos los peces blancos. Lo seguiremos haciendo así hasta confundir. Buddy Holly está avisado: Not Fade Away,  en cuantito te vea entrar. Mailman bring me no more bluesFool's Paradise, después.

I was lost in a fool's paradise.

Good and lost in a fool's paradise.


Sacando brillo al pico de las gaviotas, con la manga de la camiseta de TXA, me han picado tres o cuatro. Tengo heridas las manos. Me he vendado los ojos. Es igual. Tampoco puedo mirar si vienes por el catalejo porque en la última fiesta lo llenamos con ron. Y de la torre de control nunca llegan noticias ciertas, los aviones plateados se despistan, quizá no fue buena idea comprar el material para su construcción en Babel. ¿Capitán, te queda mucho para llegar?

(Caminé de punta a punta de la costa. Me mordí los nudillos. Me asomé al anti-faro y no aparecías. Enarbolé dos nubes blancas. Pinté de rojo todas las rocas. Hice la colada de las sábanas blancas para poner nuestras pelis favoritas de cine negro, ¿Capitán, te falta mucho para llegar?) 

Música en I.M. Bien. Te ofrezco el siguiente programa:


[RELAX] Caminando alrededor de ninguna parte, buscándole el ritmo a la vida bajo la falda. Paseando. Sin más. ¿Sabes lo que te quiero decir? Sin aspiraciones / esto es: dejando de apretar los dientes y conteniendo la respiración. Un, dos, un, dos. La ambición nos servirá para regar las cunetas. Amapolas; irreverentes.   

[REVANCHA] También tenía preparados algunos mensajes groseros que mandar en botellas de cristal fino, de esos que se rompen en las manos de quien los recibe, pero nos las vamos a arrojar al mar. Que NO. Las guardaremos para recordar las cosas que no nos gustan. Que SÍ. No vamos a ensuciar las olas, hoy no. >Recuerdo una noche en que todos se peleaban, nos fuimos con dos tequilas al mar, brindamos a oscuras por nuestra amistad. Cuando regresamos ya no discutían. A veces sólo es cuestión de esperar bonito. De esperar bien<.
Nemo, periodista en verso de los días agradables. Fotógrafo de lo bueno, sin carrete ni negativos.

[DESINTOXICACIÓN CIVIL] La institución. Vosotros que todavía no habéis entrado en la institución... El bueno de Juanito, el mejor narrador oral de la isla, nos ofrecerá la terapia. Lo oiremos sentados, anucados contra la pared, y cuando termine no tendremos nada que añadir. Todo estará bien dicho. Sólo tendremos ganas de escribir postales. Los grillos entonarán, No More Than I Can Say, y todos lloraremos una vez más de emoción. Uoh, uoh, hey, hey. Cuando la botella era el catalejo para probar el cielo, alzábamos el cristal las noches de verano...  ¿Es así la traducción? ¡Qué más da!

Llevo todo el día de este año esperando que llegues a tu isla. Si no te yo doy la Bienvenida, ¿Mocho, quién coño me la va a dar a mí cuando salga? 





Estoy aprendiendo, todos los días, estoy aprendiendo.
La tristeza es un bloc de notas con tapas azules.
Estoy aprendiendo, todo el tiempo.
Tengo sol y tenemos caminos.
Qué empeño en llenar la casa de sillas,
si sólo nos podemos sentar en una.
Qué empeño en sentarse en una silla,
el mundo está lleno de suelo.
Estoy aprendiendo, todos los días, estoy aprendiendo.
Uoh, uoh, hey, hey.


3 comentarios:

  1. Me fascinó siempre la figura misteriosa del capitán Nemo decidido a no pisar tierra firme, el género de aventuras viene codificado genéticamente. A la hora de mojarse los labios, prefiero el ron, que es beber caramelo. Si es bajo las palmeras, mejor. La noche puede llegar a ser perfecta y la banda sonora es inmejorable. Luego habría que contar estrellas y renombrarlas, actualizar los mitos, buscarle las cosquillas a Homero, sentir el escalofrío de las 02:20 AM y calcular que quedan diez noches para la próxima luna llena. Vaciarse los bolsillos y llenárselos de arena. Cruzar la playa sur de cabo a rabo y esperar simplemente a que no amanezca nunca. Al menos no hasta la mañana siguiente.

    ResponderEliminar
  2. La orilla de Isla Mundo se cubre con nieve procedente del Himalaya. Hay huellas del Yeti por todas partes. Dicen que ha apagado su teléfono móvil (salen muy caras las llamadas desde ninguna parte). Wislawa vino a buscarlo con una expedición de pescadores. Fue un placer descubrir a la poeta polaca en la hora del desayuno. Pero no encontró al Yeti. Sólo una botella y dentro una parábola. O un abecedario.

    ResponderEliminar
  3. Al frío las sorpresas llegan con cuentagotas: muchas no superan el límite de los cero grados, de modo que no encuentra diferencia entre los días y las noches, salvo cuando hay ventiscas.
    Se pasa las horas releyendo páginas de libros viejos y coleccionando guantes y cantimploras de expediciones en el olvido, pero sabe que ya es verano porque guarda un grillo en un cajón que ahora no deja de cantar.
    Ha revisado el móvil y atribuye su silencio a la escasez de cifras -y a la cantidad de ceros- que componen su número haciéndolo vagamente recordable.

    Entonces piensa “no se está mal aquí”, mientras sale en ropa interior (según su criterio, hace una temperatura fantástica) a brindar a la deriva. Allí, al final de la espiral de Arquímedes, a sólo cinco olas de distancia de tu isla, la brújula ha dado un par de vueltas de campana y entonces se decide a enviar otro mensaje en botella aún a riesgo de las mareas: "guarda el abecedario, es una primera edición. Una joya." Y firma con un HPE en código morse. O al menos, eso he podido leer.

    ResponderEliminar