sábado, 27 de marzo de 2010

La leyenda del pez volador



 



Querer vivir como el pez volador es querer morir víctima del anzuelo y de la flecha.

La leyenda del pez volador es una historia de dentro a fuera. Una adaptación al medio que hace bella la huída y rara la especie. 
Agujas plateadas que cosen el mar al aire, ensoñación de marinero, un disparo de escama y sal que mata la uniformidad del océano. Eso es el pez volador.

¿Cuántas veces has saltado fuera cuando has sentido cerca el peligro? ¿Cuántas veces has necesitado salir a tomar el aire empachado del plancton de la rutina? ¿Cuántas no lo has vomitado con un grito acompañado de un curioso silbido...? Mírate saltando fuera del mar.

Los griegos decían que estos peces dormían bajo las estrellas, pues era fácil encontrarlos, muertos que no dormidos, en las cubiertas de los barcos, varados tras un vuelo demasiado largo. Un viaje final aspirando a ser estrella / para acabar retorcido junto al tobillo de un pescador.

Peces golondrina. Peces travestidos. Peces más chulos que ocho delfines. Peces pájaro. Peces gallina. Peces queriendo llegar, peces queriendo ser. Peces incomprendidos. Peces que miran distinto que los demás.

Querer vivir como el pez volador es saber aguantar hasta 45 segundos fuera del mundo. Con eso basta. ¿Puedes hacerlo? Te veo rodeado de gente, gente que habla de sí mismo sin parar, te veo en medio de tu trabajo dibujando absurdos unos y ceros. Te veo sosteniendo la mano del aburrimiento y la comodidad, te veo cuadrando en tu salón los sentimientos de otros, te veo buscando en una red inmensa de mentiras un pececillo que sea de verdad. Y ahora te veo saltando, saltando hermoso como un pez volador, saltando fuera de la charca que desde arriba se hace mar, te veo haciendo hermosa la isla, junto a ti cien proyectiles de plata más, te veo silbando la leyenda del pez volador. Te veo entendiendo lo que quiero decir.

Y te veo volviendo a caer al agua salada con una sonrisa de aire en la comisura de tus labios de pez, de pez volador.


(Bienvenido a la Isla. 15' fuera del mundo.)



miércoles, 24 de marzo de 2010






Y de repente todos los ojos que había clavados en mí se cerraron.

Y entonces pude dormir.

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martes, 16 de marzo de 2010

Hoy seremos felices en Isla Mundo






Hoy seremos felices en Isla Mundo.

Hoy tocan Los Beatles en el Bar de los Muertos. Los escucharé distraídamente desde una mesa mientras juego a las cartas del amor. Barajaré hasta que suenen los primeros acordes de Ella tiene un billete para irse..., Entonces me levantaré,  derramaré torpemente copas sobre vestidos blancos, sonrisas sobre miradas, localizaré deseos escondidos entre rímel y sombras. Repartiré tambaleante lágrimas troqueladas de pupila por la sala. Brillante.

Saltaré.

Bailaré con las manos sin mover los pies. Beberé por ti. Brindaré por ellos. Habrá tanta gente que no podremos establecer comunicación, sacaré una pizarra y dibujaré dos ojos, una fecha y una sonrisa ). Y en la distancia veré como tus labios pierden la horizontalidad. 

Hoy estoy más en la isla que nunca. He vuelto. Pasé unos días en la ínsula que mi tío Alonso le prometió a Sancho. Allí tengo una silla incómoda en la cual a veces me siento a esperar. Esta vez quería ver salir la Luna pero el sol amenazó abrasarme con sus carcajadas.


Volví nadando a casa. O sea con nada.  Tengo los hombros quemados. Ha sido una larga travesía pero ahora me siento mejor; todo sigue desordenado en su sitio. Tendí la ropa para que se secara, hice bandera blanca de mi desnudez. Abrí una botella de vino amarillo como la arena, me tumbé en el licor. Desenterré algunos tesoros de vinilo azul y acostado revisé la cosecha de ilusiones que siembro en el cielo. Nubes con forma de lechuga. El mundo es una enorme sala de esperanza.


Hoy seremos felices en Isla Mundo. No habrá carretera sin playa, ni día sin ti.


Nos encabritaremos bellos contra el dolor, ya lo verás, Correremos como un caballo al que fustigan por última vez. Nos esconderemos. Haremos manualidades con acuarelas rojas en una cueva húmeda y luego el amor como dos neandertales.
 

Tú serás yo y yo seré tú. Nos tiraremos al suelo y barajaremos las manos. Gritando mezclaremos nuestra piel y nuestros nombres. Amantes desde millones de años atrás.


Hoy seremos felices en Isla Mundo. El mundo es una canica buscando una buena cuesta por la que rodar.

Esto no es un ejercicio optimista con resultados catastróficos. Y ya sabes que no me gustan las utopías desde que leí a Tomás Moro y sus aburridas comidas. Esto es una demostración de álgebra amatoria; un agradecimiento por llevar la isla en tus ojos cuando salimos fuera de ella. Fuera de aquí habrá…

Estrados, paraninfos, portadas, gente, reuniones. En ningún lugar seré nunca más yo que en este lugar.


Hoy vamos a ser felices en Isla Mundo donde las semanas tienen siete páginas y los recuerdos son una esquina doblada. Así se recorren estas calles. Nubes blancas milanesas borraran del cielo todas las curvas fallidas, desaparecerán todas esas elipses tristes & grises. De mano de la tormenta la aguja del rayo se clavará ardiendo en la confortable hierba mojada. El compás firme de los días trazará un enorme círculo de sol en la lámina blanca del horizonte:


; Un barco.


Y en la cubierta cócteles y zalamería. Frank Sinatra. Un poco de paz. Tú.

Inventaremos el buen mal tiempo. Una lluvia radiante, sol a cántaros y nieve de folio. Tiraremos tizas a un lago de tinta negra para que parezcan estrellas. Después cerraré los ojos y pediré un deseo que se cumplirá acto seguido en tu boca.


Ella hizo Virgo, yo Orión. En Isla Mundo hay extrañas naves encalladas, falta de gravedad, y Espacio de sobra.


Y al final del día un vendaval de sueño soplará en tus sábanas y te hará cosquillas en las orejas. Tú te dormirás y yo me quedaré despierto+contento dibujando islas en el techo.


Sí. Estoy seguro. Hoy seremos felices en Isla Mundo.