La leyenda del pez volador es una historia de dentro a fuera. Una adaptación al medio que hace bella la huída y rara la especie.
Agujas
plateadas que cosen el mar al aire, ensoñación de marinero, un disparo de escama y sal que mata la uniformidad del océano. Eso es el pez volador.
¿Cuántas veces has saltado fuera cuando has sentido cerca el peligro? ¿Cuántas veces has necesitado salir a tomar el aire empachado del plancton de la rutina? ¿Cuántas no lo has vomitado con un grito acompañado de un curioso silbido...? Mírate saltando fuera del mar.
Los griegos decían que estos peces dormían bajo las estrellas, pues era fácil encontrarlos, muertos que no dormidos, en las cubiertas de los barcos, varados tras un vuelo demasiado largo. Un viaje final aspirando a ser estrella / para acabar retorcido junto al tobillo de un pescador.
Peces golondrina. Peces travestidos. Peces más chulos que ocho delfines. Peces pájaro. Peces gallina. Peces queriendo llegar, peces queriendo ser. Peces incomprendidos. Peces que miran distinto que los demás.
Querer vivir como el pez volador es saber aguantar hasta 45 segundos fuera del mundo. Con eso basta. ¿Puedes hacerlo? Te veo rodeado de gente, gente que habla de sí mismo sin parar, te veo en medio de tu trabajo dibujando absurdos unos y ceros. Te veo sosteniendo la mano del aburrimiento y la comodidad, te veo cuadrando en tu salón los sentimientos de otros, te veo buscando en una red inmensa de mentiras un pececillo que sea de verdad. Y ahora te veo saltando, saltando hermoso como un pez volador, saltando fuera de la charca que desde arriba se hace mar, te veo haciendo hermosa la isla, junto a ti cien proyectiles de plata más, te veo silbando la leyenda del pez volador. Te veo entendiendo lo que quiero decir.
Y te veo volviendo a caer al agua salada con una sonrisa de aire en la comisura de tus labios de pez, de pez volador.
(Bienvenido a la Isla. 15' fuera del mundo.)